Boda en Casares, Málaga | Boda Nuria + Angel
Boda en Casares, Málaga – Finca El Álamo.
La boda en Casares, Málaga de Nuria y Ángel fue sin duda alguna, una de esas preciosas bodas íntimas, muy familiar y cargada de pequeños detalles que marcaban la diferencia.
Buscando por internet, encontraron una preciosa finca situada en el pueblo de Casares, provincia de Málaga. En cuanto la vieron, supieron que allí celebrarían el que sería uno de los días más especiales en sus vidas.
Alrededor de las cuatro de la tarde, llegamos nosotros a la finca. Allí estaba Ángel, acompañado de su madre y su abuela, ¡más simpáticas que ná las dos! Nos enseñaron toda la finca, habitación por habitación, los salones, cocinas, y ¡la súper piscina! Y es que la finca es espectacular, con habitaciones para que pasaran la noche los invitados y no tuvieran que coger el coche. Ángel mientras tanto, terminaba de montar los últimos detallitos que surgieron a última hora a consecuencia del viento. Pero, ¡todo tuvo arreglo!
Boda en Casares, Málaga. Preparativos de la Novia.
Poco a poco, los invitados iban llegando y se iban instalando en sus habitaciones. Nuria llegó acompañada de sus padres y su hermana. Lo primero: guardar el vestido en la habitación para que ¡ningún invitado pudiera echar un ojo! Ya instalada en su habitación, estuvimos acompañados por la maquilladora Esther Gavira y ¡sus mágicas manos! Mientras tanto, ¿dónde estaba Ángel? ¡En la piscina! ¡Apurando al máximo antes de todo el ajetreo!
Boda en Casares, Málaga. Preparativos del Novio.
Llegó la hora de que Ángel se vistiera, dos o tres habitaciones más allá de la habitación de la novia, así que teníamos que tener mucho cuidado ¡para que no se vieran! Puertas cerradas y si alguien quería entrar a ver Nuria, primero tenía que decir su nombre y ¡abrir la puerta rapidísimo!
Boda en Casares, Málaga. Una ceremonia íntima y muy emotiva.
La habitación de Nuria daba al jardín, donde tendría lugar la ceremonia. Así que, en cada hueco Nuria se iba asomando por la ventana ¡para cotillear un poco! Hasta que los invitados la vieron por la ventana y tuvimos que cerrar las cortinas ¡para que no vieran nada!
El reloj marcó las 19.30h y Ángel se disponía a hacer su entrada. ¿La canción que escogió? “Un mundo ideaaaaal”. Como nos dijo él: “Soy un friki de Disney”. Pero, ¿quien no ha soñado con un momento así mientras veía Aladin de pequeño? Escuchar esta canción mientras esperas al amor de tu vida para daros un “Sí quiero” eterno… Vamos, ¡ni en las películas románticas!
Nuria llegó del brazo de su padre y cuando Ángel la vio, no pudo contener las lágrimas.
Mientras el Catering Lebrija organizaba el cóctel, aprovechamos para hacerles fotografías por la finca, ¿para qué ir a otro sitio teniendo esa pedazo de finca para las fotos?
El cóctel se celebró al aire libre, con puestecitos de comida mexicana, fritura de pescaito, mesa de quesos… y mientras tanto, de fondo, un grupito de música cubana amenizando la velada con bachatas y salsas.
Más tarde, los invitados pasaron a una carpa para que se sentaran y disfrutaran del plato principal más relajados. Pero aquí, ¡relax ninguno! Porque para eso estaban los novios amenizando la cena, que si la conga, los regalitos a los invitados, el micrófono… terminó hablando ¡hasta el apuntador! Al ser una boda muy familiar, todo el mundo se animaba a decir unas palabritas a los novios y ¡la risa estuvo asegurada! A nosotros nos encantan estas bodas familiares porque, al conocerse entre todos surgen muchos momentos inesperados que son los que nos gusta fotografiar, y además, a nosotros nos hacen sentir uno más de la familia.
Boda en Casares, Málaga. Un baile E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R de salsa y bachata.
¿Y el baile? ¡Ay qué baile! Hubo un segundo que dejamos las cámaras y ¡nos quedamos embobados mirándolos!
Nuria y Ángel bailan salsa y bachata, y ya nos lo dijeron: “Algo prepararemos”. Pero ese mismo día, nos dijeron que al final no les había dado tiempo a prepararse la canción entera y que improvisarían. Pues… ¡¡¡MADRE MÍA QUE IMPROVISACIÓN!!!
¡Vaya pedazo de baile! ¡Increíble! Primero una bachata y después salsa. ¡No hay palabras para describir este momento! Vamos… que es que ¡fue inevitable quedarnos embobados mirándolos!
Nuria, Ángel… mil gracias por hacernos partícipes de vuestra gran historia de amor. ¡Vaya parejón hacéis! ¡Y no solo de baile! No hay más que veros juntos y ver ¡que saltan chispas! Estamos deseando volver a veros para vuestra sesión de postboda y que ¡nos contéis cositas de vuestro viaje!
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